El nacimiento de la idea

Los inicios de este libro datan aproximadamente del verano 2004. Muchos os preguntareis que ha sucedido durante todo este tiempo y como poco a poco se ha ido cociendo y elaborando la obra que estos días os presentamos. En este primer capítulo de una serie que voy a ir escribiendo intentaré aportar un poco de luz al tema.

Desde que decidí dar el salto y crear mí propia empresa siempre había rondado por mi cabeza la creación de un libro, aunque nunca había llegado a concretarse nada. En el mundo de la consultoría, siempre consideré que crear un libro me aportaría cierta notoriedad entre mis clientes y que probablemente me abriría más de una puerta. Así que el primer pensamiento quizás fue enfocar el tema de una forma puramente pragmática. En lugar de realizar una campaña de marketing al uso, vamos a escribir un libro. Tampoco se trataba de ninguna novedad. Realicé algún intento con algunos de los miembros de mi equipo en aquella época con la idea de crear un libro técnico relacionado con alguno de los servicios que en aquel momento ofrecíamos. Mis tentativas, por un motivo u otro quedaron en nada, pero la idea persistía en mi cabeza.

Un día, lo comenté con Joan Riera y enseguida empezamos a profundizar en ello y a entusiasmarnos mutuamente. Con Joan compartimos una gran amistad labrada a lo largo de los años y es una persona a la que admiro profesional y personalmente. Si bien nunca hemos trabajado directamente juntos, excepto en casos puntuales en que él ha depositado su confianza en mi y yo he intentado corresponderle dando lo mejor de mi mismo, siempre cada uno a seguido su carrera profesional sin coincidir directamente en ningún puesto de trabajo. A pesar de ello, siempre vi en Joan unas cualidades innatas para el trabajo en equipo, siendo una persona muy positiva, trabajadora, creativa, que contagia entusiasmo y con el que enseguida te sientes cómodo colaborando. ¿Podía encontrar mejor compañero de viaje?

Los problemas de juntar dos caracteres como los nuestros se hicieron evidentes enseguida. Si hacíamos algo teníamos que hacer algo distinto, innovador, rompedor y no podíamos conformarnos con un simple manual que no aportase nada nuevo.

Después de darle más de una vuelta el tema del libro lo vimos bastante claro: haríamos un libro eminentemente práctico que recogiese todo lo que buenamente sabíamos respecto a la creación, consolidación y dirección de una empresa. Aunque jóvenes, ambos teníamos experiencia “más que suficiente” positiva y negativa, para pensar que algo podríamos aportar que pudiese ser de utilidad para muchos emprendedores o simplemente para cualquier persona que ocupase un cargo de responsabilidad dentro de una empresa.

Durante un pequeño brainstorming en el que salieron muchas ideas buenas así como muchas tonterías, de repente se encendió la bombilla: ¿Y si escribíamos un libro de empresa al estilo “Elige tu aventura”? Ambos somos de la generación que creció con este tipo de libros en nuestras manos (aún conservamos algunos) y la idea nos pareció genial. Era un sistema entretenido, “aventurero”, que despertaba la imaginación, que añadía emoción a la lectura y que además encajaba perfectamente con el clásico método del caso tan aplicado en las escuelas de negocio.

Al día siguiente convoque a parte de mi equipo y les presenté la idea para ver su primera reacción: Algunos se rieron y me dijeron que estaba loco, ¿un libro del estilo “elige tu aventura” para emprendedores? ¿Estáis seguros? Creo que esto no se ha hecho nunca… Era el detonante que necesitábamos, teníamos el reto servido.


© Emprende tu propia aventura